Como bien ha escrito Amparo Martí (2007), "el arte naif no es una noticia ni una corriente: es un estilo de vida, una manera de ser, una necesidad vital común a todos los hombres y mujeres sensibles con arte en su corazón y que trabajan en cualquier latitud en las mismas circunstancias personales".
Le temps du bonheur Regine Mouraret |
Esta afirmación puede corroborarse si se realiza una visita a la actual Muestra europea de arte naif que se presenta en la Galería Éboli. En ella podemos admirar, dentro de la homogeneidad de la belleza y las escenas complacientes, una diversidad sobrevenida por la influencia del entorno específico de cada artista, tanto el familiar y social como el territorial y paisajístico. De ahí los distintos colores y matices de luz, las vestimentas, la forma de congregarse para las fiestas y celebraciones, los tipos de juegos. Cada artista pinta lo que ve y lo que siente.
Fermette dans la niege Therese Coustry |
Es cierto que unos alcanzan un alto grado de detalle en la definición de todos los elementos del cuadro, rayando en la minuciosidad de la artesanía; mientras que otros aplican su esmero a la composición estética y equilibrada de la escena o a la armonía de los vivos colores que generalmente emplean. Resulta curioso, en el recorrido por las 150 obras expuestas, comprobar la personalidad, auténtica y sincera de los artistas que resalta la singularidad de sus obras, muy lejos de aquellas obras más clásicas en las que a veces no se distinguen las autorías, por pertenecer todas a las llamadas escuelas pictóricas en las que los artistas siguen fidedignamente los cánones marcados por el maestro.
Alegrémonos y disfrutemos con alegría de un recorrido, en el que nos podemos asomar a estas obras naif, como ventanas abiertas, y respirar su sincera ingenuidad.
El artista naïf marca su personalidad en los pequeños detalles que suele repetir, a modo de obsesión, en cada una de sus obras.
ResponderEliminarPara ver paisajes diferentes hay que mirar desde ventanas abiertas diferentes.