viernes, 20 de septiembre de 2013

ELEFANTE AFRICANO

Me quedé quieto, frente a él y un poco distante, encuadrando su testuz. Mis ojos fijos en los suyos, que tampoco parpadeaban. Sentía cómo sus patas le anclaban al suelo y leía en su compostura que no pensaba arrancarse en carrera y atropellarme, o embestirme con un golpe seco, ni zarandearme con sus colmillos.

ELEFANTE AFRICANO
Alfonso Jaraiz


No se sabía lo que podría pasar por aquella cabeza, ni siquiera si tendría capacidad para pensar o, al menos, para transmitir algún sentimiento. Parecía que sí, pues aunque movía su cabeza de manera lenta y pesada, el movimiento era significativo. Y sobre todo lo que resultaba tremendamente misterioso era aquella mirada. Los párpados muy entornados apenas dejaban ver la dirección de sus profundos ojos. Pero el lenguaje corporal, la expresión de aquella gran masa hacía estremecerse, sobre todo si se conjugaba con la tensión de sus músculos, escondidos bajo la apergaminada piel.

Quizás, cuando visites la Galería ÉBOLI y disfrutes la exposición sobre las "Miradas artísticas hacia la Naturaleza y su entorno" que ayer se inauguró, puedas entender mejor qué expresa esa mirada, puedas aclarar su enigma y saber si te está reconociendo.


Rafael Ceballos

1 comentario: